Todo lo relacionado con la vivienda da forma a una de las decisiones más trascendentales que se pueden tomar a lo largo de la vida. Trascendental y también costosa, porque embarcarse en la compra de una casa, no es algo que se pueda hacer con facilidad y sin una gran solvencia económica. Los préstamos con garantía de propiedad pueden ayudar en el camino hacia ese sueño.
Hay ejemplos que pueden ilustrar muy bien la utilidad de este tipo de préstamos. Pongamos el caso de una joven pareja que vive en un estudio y dentro de poco van a ser padres. Evidentemente, van a necesitar una vivienda de mayores dimensiones. El problema es fácil de descubrir, primero deben vender su estudio para obtener liquidez suficiente para dar la entrada de la nueva casa.
Pero vender en estos días una casa no es nada sencillo. Por un lado, es posible que en los últimos años haya perdido valor y sea necesario rebajar el precio que teníamos en mente. Por otro, los bancos no dan con facilidad préstamos, de modo que el número de posibles compradores se ve reducido.
Al final es la pescadilla que se muerde la cola, si no se vende no se puede comprar, así de simple. Es justo ese punto el que rompen los préstamos con garantía de propiedad. ¿Qué es lo se consigue con ellos? Liquidez suficiente para comprar la nueva vivienda y tiempo para vender la antigua en las mejores condiciones posibles.
Este tipo de préstamos ofrecen ventajas muy atractivas. Una de ellas, es que se pueden obtener préstamos por cantidades más elevadas que en el caso de créditos personales. Otra de las grandes ventajas que ofrecen estos productos, es que tiene plazos de devolución a largo plazo.