En las calles los choques entre vehículos no son los únicos siniestros que se pueden presentar, de hecho los atropellos a peatones resultan muy comunes, en España ocurren más de 10.000 al año de los cuales el 80% generan lesiones de gravedad o incluso el fallecimiento de la víctima, para reclamar cualquier indemnización es importante asesorarse correctamente, son situaciones delicadas y si no tomamos decisiones correctas nuestros derechos se pueden ver violados, para evitarlo consulte con abogados accidentes de tráfico Toledo.
Visualicemos un escenario en donde ocurre un atropello peatonal, son más comunes en zonas urbanas, aunque los más graves suceden en carreteras rurales, supongamos que Pedro está cruzando la calle sobre un paso de cebra y un conductor descuidado lo golpea con el capó del coche, Pedro es llevado al hospital y tiene varias fracturas y una lesión cerebral, lo cual puede dejarle una incapacidad permanente.
Procedimiento
La víctima o algún familiar de la misma debe ponerse en contacto con un abogado inmediatamente, mientras más rápido actúe mejores serán los resultados. Deben detallar el caso al asesor y tener al alcance todas las pruebas posibles, documento oficial del policía de tráfico, exámenes médicos, facturas de medicinas, cartas de reposo del trabajo, etc.
El abogado desde ese momento interviene como mediador de su cliente, representándolo en todo momento, debe calcular la indemnización justa con el baremo vigente que determina los montos según los daños y perjuicios recibidos, posteriormente debe solicitar el pago inmediato por parte de la empresa de seguro que representa al culpable, evitando así que Pedro reciba una indemnización por adelantado que no justifique sus daños, en caso de que se niegue a amortizar el monto se procede a una demanda judicial y defenderá el caso ante un Juez que decidirá la cantidad total a indemnizar.
El abogado tiene la potestad de recomendar a su cliente interponer una demanda penal en contra del conductor en caso de negligencia, estado de ebriedad o imprudencia. Si la víctima llegase a fallecer el beneficiario directo serían sus herederos.